Que sí, cojones, que sí. A la zaga del éxito mundial del maquiavélico virus mutante, y conscientes de que este mundo postpandémico está más falto de golpes que de caricias, llegan los Tropa do Carallo. Una banda que promete ser una buena hostia en los huevos y que llega con la garra y la fuerza de la batería de Tripi, el latido tenaz y persistente del bajo de Abel, la distorsión patológica y enojada de la guitarra de Salgado y los textos ácidos y certeros en la voz de Evaristo.