FERMIN MUGURUZA eta
THE SUICIDE OF WESTERN CULTURE
+ La Furia
Viernes 11 mayo
Puertas: 20.30 / Actuación: 21.00
15 € + gastos / 18 €
Anticipada: VSD
Online: www.jimmyjazzgasteiz.com •
Fermin Muguruza se niega a dar por amortizados sus ma?s de treinta an?os de carrera y se involucra en un proyecto sonoro kamikaze en un giro de guio?n que nadie se esperaba ya en su trayectoria.
Por un lado, B-Map 1917 + 100 proyecta la sombra del centenario de la Revolucio?n Rusa sobre diez zonas geogra?ficas distintas del planeta, todas ellas alrededor de ciudades cuyo nombre empieza por la letra “B”: Bilbao, Barcelona, Beirut, Buenos Aires, Brazzaville, Belfast, Berli?n, Bogota?, Belgrado y Baton Rouge. Diez callejeros mu?sico-poli?tico- emocionales a partir de los cuales Fermi?n Muguruza mapea el rugido de la indignacio?n, la convulsio?n y la revolucio?n en el mundo actual. Y au?n asi?, esta andanada de canciones industriales-tribales junto al du?o barcelone?s de electro?nica de combate (Juanjo Ferna?ndez y Miquel Marti?nez) tienen todo el sentido del mundo dentro de su carrera. Siempre ha estado a favor de las mu?sicas que todavi?a estaban por crear. Siempre ha buscado el filo de los sonidos conocidos. Siempre ha preferido otear inquieto que? le quedaba por hacer, ma?s que contemplar co?modamente lo que ya habi?a hecho.
B-Map 1917 + 100 es un disco que importa, en ma?s de un sentido. En directo, el disco se transforma en una experiencia visual y sonora a los mandos de Fermin y TSOWC, acompañados por Karlos Osinaga «Txap»; a las guitarras, en las que el compositor vasco, desmarcándose de otras aventuras en vivo, se sumerge en un género totalmente nuevo para él con el que volverá a demostrar su fuerza arrolladora encima de los escenarios.
La Furia nació en el 83. Desde niña tenía una visión combativa, luchadora y feminista. Es decir, que era una chica lista. Pero además, tenía un profundo sentido artístico (muchos dirían poético) de la vida, de sus vivencias… Y la eclosión de todo esto dio como resultado un fenómeno en ebullición que tuvo que inventar espacios y experiencias. Porque no, no había lugar para el rap de mujeres. Así que La Furia, la que conozco yo, nació en 2013 con un disco salvaje, “No hay clemencia” que tuvo que inventar sus propios códigos, después de atreverse a actuar en escenarios donde nunca había habido mujeres.
Hablaba de incomprensión, de anarquía, de feminismo, de rabia deshilvanada en rimas certeras e hirientes.
Ahora La Furia vuelve, sin haberse ido jamás, y ha parido un “Vendaval” mucho más trabajado aunque igualmente combativo.